24h en la piel de PWR-Foil

24h en la piel de PWR-Foil

Un día con quienes fabrican tus mejores sesiones

7h54 – Empezamos temprano. Y fuerte.

Mientras muchos aún duermen, François ya está en el taller, café en mano, concentrado en la última capa de resina aplicada ayer a una tabla personalizada. El shape es perfecto, el acabado también debe serlo.

Justo al lado, en el taller postventa, Zak ya tiene las manos en una tabla pendiente de reparación, mientras Clément responde los primeros correos y llamadas — con auriculares y una sonrisa en la voz.
John, por su parte, verifica los packs de baterías: tensión, carga, rotación. Todo debe estar listo para las salidas del día.

Pasando por los talleres, Sam, Gaëtan y Chris se toman el tiempo de saludar a todos.
Un apretón de manos, una guiñada, una palabra para cada uno — y sobre todo, un chequeo rápido:
“¿Reunión de producción lista? ¿Check postventa también? ¿Sesión de fotos confirmada para las 17h?”
Todos confirman, las prioridades del día están claras. La energía fluye. Es hora de arrancar.

Son las 8:12, y la máquina PWR-Foil ya está a toda marcha.

8h57 – En la oficina, el café se mezcla con las ideas.

El resto del equipo llega.
Loïc ya anota una idea para el blog después de haber “soñado toda la noche con algo nuevo para programar” (verídico).
Stessy hace su rutina café/brioche/DMs.
Gillian abre sus archivos Illustrator, mientras Thomas ordena las tomas de ayer — “Este atardecer, lo veo como reel”.

En otro rincón de la oficina, Alinette, nuestra querida Aline, responde con calma y alegría los primeros presupuestos mientras saca su merienda casera: yogur con manzana, frutos rojos y almendras. Zéphir babea y se lamenta por haberse saltado el desayuno mientras atiende a sus primeros clientes.

10h48 – El equipo comercial en modo ninja multitarea

Zéphir, Léo y Andrea, nuestros tres comerciales junior, hacen malabares entre llamadas, archivos, envíos de ofertas… y pruebas en el agua.
¿Hay un nuevo foil? Lo prueban. ¿Un efoil recién revisado? Lo prueban también.
Todo bajo la atenta mirada de Sam, responsable comercial y pilar del postventa, que se asegura de que todo funcione. ¡Él también vive aquí! Como Gaëtan, a quien aún se ve después de las 18h, pegado al ordenador o corriendo entre talleres. ¡Los primeros en llegar, los últimos en irse!

12h22 – Hora de comer (o casi)

El horno está en marcha, los platos circulan.
Es momento de bromas, pruebas, y a veces… de salidas exprés para un ride de 30 minutos.

Pero mientras algunos disfrutan de su pausa, Rémi embala un foil de última hora para una salida urgente. Quiere que salga “limpio, ajustado, firmado”. Misión cumplida a las 12h59. Pausa tardía pero bien merecida.

13h30 – Volvemos. Con más fuerza.

Por la tarde, todo se acelera.
Chris, fundador, director de orquesta, manitas, está en todas partes: en el taller, al teléfono, haciendo pruebas, atendiendo a clientes… o desarrollando la próxima innovación de la casa.

Llaman los monitores de clubes asociados. Se organiza la sesión de fotos de mañana.
Una tabla personalizada se va para España. Un foil se ajusta para una prueba REVO a las 17h.
Todo está vivo. Todo es preciso. Todo está alineado.

18h10 – Empieza el mejor momento del día

La luz baja, pero nadie guarda nada.
Chris, Gaëtan y Sam se encuentran — como siempre — en el agua, junto a Zak, Léo y Zéphir.
No para trabajar. Bueno, casi.
Prueban. Vuelan. Ríen. Analizan.
Es su forma de terminar el día. Deslizándose. Juntos. Como una evidencia.

¡Eso es! Un día en PWR-Foil es eso. Bueno... ¡hoy!

Porque mañana todo será un poco diferente: un nuevo prototipo que probar, una tabla que finalizar, un cliente que ayudar, una idea que atrapar, paquetes que enviar.

Pero lo que no cambia es lo que hace funcionar la casa: oficios a veces desconocidos, a menudo multitarea, siempre esenciales.

Vamos, te llevamos al otro lado del ride, donde la emoción comienza mucho antes de que te subas a tu tabla.